A veces la idea más sencilla es capaz de abrirnos nuevas perspectivas,
otros puntos de vista distintos. Me ocurrió el otro día mientras le daba
vueltas a la idea de cómo ponerse en marcha. ¿Cómo conseguir que alguien, de
manera sencilla, con una pregunta fácil, se percate de que puede necesitar un cambio de
rumbo?
En un foro de discusión apareció la palabra “Locus de control”. Sí otro palabro más a
tener en cuenta en este blog.
Es un término psicológico que indica un rasgo de la
personalidad. En pocas palabras, el locus de control nos indica si al realizar una tarea, la persona
achaca lo que le acontece a acciones
propias o a factores externos a él. Vamos, que cuando le ocurre algo lo
considera mérito propio o circunstancial.
Sí, tan sencillo como parece. Existen dos tipos de locus de
control:
-
Externo: El individuo tiende a atribuir lo
que le acontece a causas externas. Por ejemplo atribuir en una entrevista de
trabajo que ha ido mal, a que el entrevistador era un canalla.
-
Interno: El individuo atribuye lo que le
ocurre a causas internas. Los méritos o deméritos son suyos. “Hice una mala entrevista de trabajo”.
¿Tener un LC interno o externo es malo o bueno? Pues como
siempre, siento defraudar una vez más, ni bueno, ni malo sino todo lo
contrario.
En principio, tener un buen LC interno estaría bien. Valora el esfuerzo y la habilidad personal. Pero claro, frente a
una enfermedad de un familiar, el LC interno puede llevar a una autoculpa sin
sentido. Hasta el punto de alterarte emocionalmente.
Sin embargo, con un buen LC externo, esa misma enfermedad te
puede afectar menos porque no depende de ti.
En fin, que como siempre, hay que navegar entre dos aguas y
pensar.
Creo que el LC nos permite preguntarnos:
¿Cuándo he utilizado el LC interno adecuadamente? ¿Qué acciones debería llevar a cabo para conseguir
un buen equilibrio en LC?